EUROPA
PRESS
24 febrero
2017
Los tratamientos de Medicina Estética no invasivos, como por
ejemplo el 'lifting', han relegado a la cirugía a la hora de realizar un
rejuvenecimiento facial, según ha mostrado un estudio realizado por el grupo
Clínicas Diego de León.
Para
alcanzar estos datos, el equipo médico, dirigido por el doctor Miguel de la
Peña, ha analizado los tratamientos de rejuvenecimiento facial que se han
realizado 1.254 personas en los últimos 12 meses, desde enero de 2016 a enero
de 2017, y los han comparado con ejercicios anteriores.
En este
sentido, se ha mostrado que el 35 por ciento de los pacientes elige el
'lifting', sin cirugía frente al 5 por ciento que se decanta por el método tradicional
(con cirugía) que en 2012 respondía al 30 por ciento de la demanda. Los más
demandados son el 'thermage CPT' y los 'hilos
tensores'.
Concretamente,
el 'thermage CPT' requiere una sesión al año y no
deja marcas, a diferencia del tradicional con cirugía que deja cicatriz.
Consiste en una radiofrecuencia monopolar que actúa mediante impulsos
magnéticos con el objetivo de eliminar la flacidez del rostro y dar lugar a un
efecto tensor, sin arrugas, protegiendo la epidermis y reactivando la elastina
y el colágeno de la piel a través del calor.
Respecto
a los 'hilos tensores', también conocidos como hilos mágicos, persiguen el
mismo efecto tensor del 'thermage'. Para este
tratamiento se introducen los hilos tensores que contribuyen a la generación de
elasticidad y colágeno en la zona donde se insertan. Se trata de una técnica
indolora y que, al igual que con el 'thermage', no
requiere pasar por el quirófano.
Estos
hilos, compuestos por polidioxanona, un material reabsorbible, se distribuyen a través del tejido subcutáneo
con una aguja muy fina, orientados por una parte hacia un mismo sentido y por
otra hacia el sentido contrario, permitiendo tensar la piel mediante la
regeneración de colágeno y fibroblastos alrededor de estos hilos. Su efecto
dura entre un año y medio y dos años, por lo que sus resultados son "más
duraderos" que el 'thermage'.
Ahora
bien, el 'lifting' facial con cirugía está orientado a las personas que han
perdido gran cantidad de colágeno por la acción del paso del tiempo en su
organismo o por agresiones externas. "A diferencia de los tratamientos
anteriores, los resultados son permanentes, el precio es más elevado, deja
cicatriz y puede repercutir en la expresión de la cara. Además, en el caso del
'lifting', es recomendable a partir de los 40 años, en lugar de a edades más
tempranas, toda vez que el paso del tiempo comienza a provocar flacidez y descolgamiento de la piel del rostro", ha explicado De
la Peña.
Tratamiento de las arrugas incipientes
En el
caso de las arrugas incipientes, menos marcadas o zonas muy localizadas con
flacidez, los pacientes se han realizado bótox, ácido
hialurónico y mesoterapia facial con vitaminas, que responden al 60 por ciento
de la demanda en cuanto a rejuvenecimiento facial. Las razones que motivan la
elección de alguno de estos tratamientos han sido efectos rápidos, técnicas no
invasivas y la ausencia de un período de recuperación, ha explicado el doctor
De la Peña.
En este
sentido, el bótox es el más utilizado para la
eliminación de arrugas en frente, entrecejo y patas de gallo; mientras que el
ácido hialurónico es la opción preferida para rellenar partes de la cara
decaídas, flácidas y con sensación de vejez como pómulos y ojeras o para dar
volumen a los labios.
En
cuanto a las vitaminas, se utilizan para recuperar luminosidad y potenciar un
aspecto más saludable de la piel. Para mantener el efecto del primer día, los
pacientes deben repetir estos tratamientos cada seis meses. Además, en
ocasiones se utilizan como tratamientos complementarios al lifting sin cirugía,
sobretodo la mesoterapia con vitaminas.